martes, 30 de diciembre de 2008

Aullido de amor


Ojalá todos y cada uno
de nosotros
las ovejas negras y los
correctos contribuyentes de la manada
los generosos, los temararios, los temerosos
los hedonistas, los narcisistas, los egocéntricos, los egoístas
las meretrices, las monjas, los pendientes
de la bolsa, de la botella, de los tragamonedas
los enfermos, los saludables, los brillantes,
los que conocen, los que ignoran, los ignorados
los oficinistas, los gerentes, los presidentes
los que plantan árboles, los que los cortan
los que evitan la muerte, los que quieren morir
los solitarios, los solos, los opacos,
los ambiciosos, los flacos, los mezquinos
ojalá todos y cada uno puedan
simplemente plantar una semilla
mirarla crecer con devoción, con respeto
amarla más allá de sí mismos, a pesar de sí mismos
abrir los ojos para dejarse cegar
por el blanco rayo de sus pétalos
dejarse vaciar para de una vez por todas ver
ver con claridad y amar
incondicionalmente, saludablemente.

Ojalá todos y cada uno puedan
hacer en sí mismos
la revolución.



Luna, plata, chamana: me soplaste un humito de hojas sanadoras desde adentro. El corazón se me estremeció y con él toda la tierra cantaba terremotos. Cegaste mi miseria y ahora puedo ver, verte rayo blanco y aprender. Aguaclara, gracias por elegirme para ser tu mamá.
Ahora que mis palabras son para ella son para todos,
en este día perro autoexistente blanco.