jueves, 27 de septiembre de 2007

Tarde abriendo las puertas de los roperos

De tus antiguos amores me robé
un rosado cancán de bailarina
y una musiquita como gajos
de jugo de mandarina que se derrama
palabras de amor o de odio cuando es lo mismo
exprimidas sobre cintas de contestadores telefónicos /
una camiseta amarillo par de pomelos
sorbidos del pico en todas las mañanas de borrachera
un aro y otro y otro más
que junto con los míos
(sus pares olvidados en cajones de mis viejos amores)
formo extravagantes dúos para acompañar
florales vestidos de futuras natividades /
unas flores blancas para cubrir
la impertinencia de los focos de cien
que son ahora pañuelo en la cabeza
vestuario para esta limpieza general /
un corpiño que es la fotocopia de unas manos que tocaban
una bombacha que es / la roja gelatina donde metías la cuchara.

De entre tus antiguos amores que todavía son conservo:
un puñado de olores enfrascados en metáforas
y las ganas de que siempre sean.

Me he robado algo de la manera de quererte de todas ellas
pues ese mi amor a vos era tan fraternal, infantil casi.

Ahora ya sé como lamerte curando todos los tajos de la rosas
mientras todo crece
muy adentro.

1 comentario:

Nicolàs Guglielmetti dijo...

cada dia mejor. mujer,te sigo lleyendo a pesar de silencio.beso nico